Martes 21 de Octubre de 2025

TEMA DE CONVERSACIÓN

21 de octubre de 2025

¿Embajadores… pero de qué reino?

POR: ALAN FLEITAS Una y otra vez escuchamos en nuestras iglesias, reuniones y conferencias sobre “el propósito”. Hablamos de “ser luz”, de “impactar el mundo”, de “cumplir la Gran Comisión”. Son frases que resuenan con familiaridad, casi como un eco constante en nuestros oídos. Sin embargo, en medio de tantas palabras, hay una que parece estar en el centro de todo y, a la vez, ser una gran desconocida: el Reino de Dios.

Nos cuesta entender a profundidad qué significa ser embajadores del Reino –un título de inmenso honor–, simplemente porque no hemos dedicado tiempo a conocer el Reino mismo. ¿De qué Reino somos representantes? ¿Cuáles son sus características? ¿Dónde se manifiesta?

La Palabra es clara al definirlo:
“Porque el reino de Dios no es cuestión de comidas o bebidas, sino de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo” (Romanos 14:17).
No se trata de ritos externos, ni de posiciones, ni de logros humanos. El Reino de Dios es una realidad espiritual que se expresa en justicia, gozo y paz a través del Espíritu Santo.

Pero… ¿quiénes tienen este Reino? Aquellos que han nacido de nuevo, los que han recibido a Cristo en su corazón. Si Él habita en nosotros, el Reino también está dentro nuestro. El problema no es que nos falte, sino que lo desconocemos. No hemos cultivado esa búsqueda interior de lo que ya poseemos.

Y es aquí donde la identidad cobra sentido. En 2 Corintios 5:20 se nos confirma: “Así que somos embajadores en nombre de Cristo…”. Un embajador no representa sus propios intereses; representa a su rey, su gobierno, su cultura y su misión.

Cuando entendemos esto, nuestra mirada cambia. Empezamos a ver a las personas no desde su condición, sino desde su necesidad espiritual, tal como Romanos 3:23 lo expone: “por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios”. Dejamos de juzgar y empezamos a interceder, a extender gracia, a reflejar el carácter del Rey.

Entonces, el propósito deja de ser una búsqueda complicada. Se vuelve claro, tangible, urgente. Como iglesia, como cuerpo de Cristo, estamos llamados a cumplir lo que Jesús nos encargó:
“Por tanto, vayan y hagan discípulos…” (Mateo 28:19).

Predicar el evangelio no es una opción; es la razón por la que estamos aquí. Es la misión de todo embajador del Reino: dar a conocer las buenas nuevas de que hay un Rey, un gobierno eterno, y que todos están invitados a entrar en él.

Hoy te invito a reflexionar:
¿Estás viviendo como un verdadero embajador?
¿Conoces el Reino que representas?
No busques más afuera lo que ya tienes dentro.
Busca primero el Reino de Dios… y todo lo demás será añadido.
Incluido el propósito.

COMPARTIR:

Comentarios

Escribir un comentario »

Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!