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MISIONES

24 de octubre de 2024

Aventuras de un Argentino en Chipre

Lo que, probablemente, suena al relato de un aventurero que decidió gastar sus últimos centavos en un viaje, es en realidad el libro diario de Eric Bustamante, un joven apasionado por llevar el mensaje de Jesús hasta donde le sea posible. Desde su Argentina natal se preparó y se capacitó para la tarea misionera, y Chipre fue la parada que lo tuvo inmerso por una semana capacitándose y compartiendo de Jesús en medio de una cultura ajena al cristianismo.

Lo que, probablemente, suena al relato de un aventurero que decidió gastar sus últimos centavos en un viaje, es en realidad el libro diario de Eric Bustamante, un joven apasionado por llevar el mensaje de Jesús hasta donde le sea posible. Desde su Argentina natal se preparó y se capacitó para la tarea misionera, y Chipre fue la parada que lo tuvo inmerso por una semana capacitándose y compartiendo de Jesús en medio de una cultura ajena al cristianismo. POR DAMIÁN SILEO octubre 23, 2024 Lectura: 6 minutos A A El espíritu misionero no entiende de límites geográficos. Y queda demostrado en tantas historias de personas que han dejado la comodidad de sus hogares para internarse en sinuosos parajes en los que existe hostilidad hacia el Evangelio. Si a eso le sumamos que, por lo general, el misionero viaja a lugares donde no se habla el mismo idioma, el problema es doble. Eric Bustamante es un joven oriundo de la zona sur del Gran Buenos Aires. Hizo de la iglesia Cristo para Todos, de Adrogué, su segunda casa, y dedicó su adolescencia y juventud a capacitarse en lo que más le gusta: cantar. No obstante, la música no es el fin en sí mismo en la vida de Eric, sino un vehículo para llegar a más personas con una palabra del cielo. Ese vehículo fue el que lo llevó a los más glamorosos escenarios de la música cristiana contemporánea, pero lo que pocos saben es que cuando se apagan las luminarias, el corazón de Eric apunta a lugares poco convencionales para ser luz. Y así se gestó su viaje a la isla de Chipre, donde transitó una semana inolvidable que comparte en esta nota. “La primera noche me enteré de que todo es en árabe, todo el mundo hablaba árabe así que el desafío de conectar se volvía más difícil. Una frustración quiso venir a mí, pero al instante el Espíritu Santo me habló con paz diciendo que esto es así para que viva la experiencia que viviría alguien que enviemos”, inicia su relato sobre el primer escollo que tuvo que saltar. Una de las claves en los países donde gobierna el islamismo es el evangelismo relacional ya que al musulmán se llega por medio de encuentros personales porque no se puede predicar el evangelio en las calles. Esto hace que sea muy importante no perder contacto con el mundo. “Lo relaciono con el discipulado al que el Señor nos está llevando en este tiempo. El evangelio se vive en comunidad y se alcanza así también”, dice Eric. El dinero no es todo… pero ayuda El sustento del misionero no es un tema menor y la generación de recursos para solventar cada viaje exige una planificación para poder llegar a destino. Por eso, Eric recalca la importancia de “hacer fuentes de ingreso para no dejar que eso nos trabe en el avance de cumplir con la voluntad de Dios. Y eso tiene que cubrir no solo las necesidades del que viaja, sino de la familia que deja momentáneamente. Ser misionero no es ser pobre. Tus hijos no tienen por qué pagar tu obediencia”, enfatiza. El segundo día en la isla produjo varios encuentros con misioneros de otros países que también se dieron cita allí. Algunos provenientes de Escocia, otros de los Estados Unidos, y también hubo encuentros con otros argentinos a quienes Eric conoció del otro lado del mundo. Cada uno de ellos dejó enseñanzas, experiencias, sensaciones y hasta frases que calaron hondo en Eric, al punto de anotarlas en una especie de bitácora que compartió con nuestra redacción. Felipe “Felipe es un misionero norteamericano que me dejó muy marcado por su historia y por su entereza a la hora de obedecer al llamado. ‘Misiones no es Dios cumpliéndote el sueño de viajar, eres tú cumpliendo Su deseo de que el mundo lo conozca. Aunque eso a veces incluye viajes que te gustan’”, decía. Felipe perdió a su futura esposa 3 semanas antes de casarse, a los 24 años. Estaban planeando vivir juntos y hacer ministerios y misiones juntos. Fue un punto muy bajo de su vida. “Verlo servir a Dios a pesar de esa circunstancia, no nos deja excusas para no hacerlo nosotros”. El paso de Eric por Chipre se da en el marco de que su iglesia local está comenzando a dar pasos en dirección a las misiones y con un corazón por Medio Oriente. En este viaje pudo conectar con iglesias de Jordania, Irak, Líbano, Egipto y más, los cuales compartieron cómo es desarrollar su propósito en países donde no tienen la libertad que se tiene en otros. Todo esto en el contexto de un entrenamiento que se llevó a cabo en Chipre, ya que es una isla libre que quedaba a una distancia similar para esos países. Por medio de este viaje comienza un nexo entre la iglesia local de Adrogué y las iglesias de Medio Oriente para enviar misioneros en el futuro próximo. Tati La semana iba promediando y las experiencias se sucedían una tras otra para Eric, quien no salía de su asombro al conocer, por ejemplo, a los traductores de The Chosen para el mundo árabe. Eran enriquecedores los diálogos con Felipe, pero también conocer a Alice, de Escocia y a Tati de Argentina, fue alimentando en Eric ese voraz espíritu misionero. “Los inicios pueden ser difíciles. Sobre todo, cuando respondes sin haber podido juntar dinero”, cuenta Tati, quien sufre las mismas peripecias financieras que muchos argentinos. No obstante, su obediencia es superior a los escollos económicos que puedan atravesarse en su camino. “Hay ocasiones que generan oportunidades”, reflexiona Eric. “Los negocios van de la mano con la cultura musulmana. Puede abrir puertas”, comenta a modo de enumerar estrategias como para entrar en confianza con una cultura acostumbrada al intercambio monetario. Hubo momentos para la liturgia entre los misioneros apostados allí. Y conociendo el talento de Eric y su incipiente carrera como cantante, fue invitado a dirigir la adoración en inglés, algo que hizo gustoso entonando la canción “Cuán grande es mi Dios” y el ya clásico “Agnus Dei”. La evangelización del mundo musulmán es algo que cala hondo en el corazón de Eric. Ya sabe que el face to face es el modo de llegar allí y que deberá ser paciente porque los procesos suelen durar años en algunos casos. “El musulmán conoce y tiene mucha estima por Jesús. El paso de reconocerlo como el enviado es lo que hay que ir trabajando. Así como existen denominaciones cristianas, también las hay en el islamismo; no todas son extremistas”, aclara Eric. “Armar una escuela puede ser una manera muy buena de evangelizar. Tener una fe y carácter firme harán que no seas llevado por todas las olas que se te crucen”, agrega. “Aprender de una cultura para llevar el mensaje no tiene la finalidad de tomar postura por una parte o la otra, ya que nuestra tarea no es colonizar, sino evangelizar” (Eric Bustamante) Leo “La historia de Leo me partió el corazón. Me rompió porque parte de su pedido de oración fue por un amigo suyo que es musulmán, con el cual viene creando amistad hace años, y siendo intencional en hablarle de Jesús. Tiene miedo de que muera sin aceptar a Cristo. Tiene miedo de que su amigo musulmán no se arrepienta y termine en el infierno. Esas fueron sus palabras”. Iván “Iván vive acá hace tres años y su visión está más en apoyo a Israel. Me habló de cómo a los árabes desde chicos les hablan en contra de Israel y una vez más mi cabeza entra en jaque con tanta información. Había roto el concepto de que Israel era la víctima, pero sin darme cuenta, en lugar de igualar partes, había empezado a ver a los árabes como las víctimas. Error mío. En esto no hay villanos, ni héroes, ni víctimas. Todas las partes tienen intereses políticos, religiosos y financieros. Acá no hay malos ni buenos. ¿Entonces, qué hay? Hijos perdidos que necesitan a Cristo”. “Mientras escribo entiendo que se necesita de todos para expandir el mensaje. Como iglesia debemos poder correr nuestras posturas personales para que crezca Cristo. Aprender de una cultura para llevar el mensaje no tiene la finalidad de tomar postura por una parte o la otra, ya que nuestra tarea no es colonizar, sino evangelizar. Debemos recordar que vivimos para un reino mayor, y que lo que aprendemos nos llevará a desarrollar estrategias para que el evangelio se expanda”, concluye Eric. Nota de redacción: los nombres reales de los misioneros con quien estuvo Eric fueron resguardados para esta nota. De Damian Sileo-vida Cristiana

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