"Gracia y Fe: El Corazón del Evangelio"

Jueves 1 de Mayo de 2025

Hoy es Jueves 1 de Mayo de 2025 y son las 03:41 -

EN VIVO

TEMA DEL DIA

21 de abril de 2025

"Gracia y Fe: El Corazón del Evangelio"

Por :Pastor Alan Fleitas

"Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe" (Efesios 2:8-9). Este pasaje bíblico, escrito por el apóstol Pablo, contiene una de las verdades más profundas del cristianismo: la salvación no se gana, se recibe como un regalo de Dios mediante la fe en Jesucristo.

¿Gracia u Obras? Un Mensaje Revolucionario En un mundo donde el mérito personal y los logros humanos suelen ser exaltados, el mensaje del Evangelio rompe esquemas: nadie puede "ganarse" el cielo. La Biblia enseña que todos hemos pecado (Romanos 3:23) y que, por nuestras propias fuerzas, es imposible alcanzar la justificación ante Dios. La gracia es el favor inmerecido de Dios, quien en su amor envió a Jesús a morir por nuestros pecados. La fe es la respuesta humana que acepta este regalo, reconociendo a Cristo como Salvador y Señor. Las obras, aunque importantes, no son la causa de la salvación, sino su fruto natural (Santiago 2:18) .Un Cambio Radical en la Perspectiva Muchas religiones enseñan que el ser humano debe esforzarse para ser aceptado por Dios. Sin embargo, el cristianismo bíblico proclama que Dios nos alcanza primero* (1 Juan 4:19). Esto no significa que las obras no importen, sino que son el resultado de una fe viva, no su requisito.

¿Cómo Responder a Este Regalo?

1. Reconocer nuestra necesidad: Admitir que no podemos salvarnos a nosotros mismos.
2. Creer en Jesús: Confiar en su muerte y resurrección como el único camino (Juan 14:6).
3. Vivir en gratitud: Una vida transformada que refleje el amor y la obediencia a Dios

. La salvación por gracia mediante la fe es el corazón del Evangelio. No se trata de religión, sino de una relación personal con Dios, basada en su amor y misericordia. ¿Rescibiste este regalo?

"Porque por gracia sois salvos…" (Efesios 2:8).

La pregunta no es cuánto has hecho por Dios, sino qué harás con lo que Él ya ha hecho por vos..